Proveniente del cruce entre un leopardo asiático y un gato doméstico, la historia del gato de raza bengalí o bengal inicia en 1963.
Conocido popularmente como el gato leopardo por sus orígenes, tiene como principales características una figura larga y esbelta con un cuerpo cubierto por manchas negras o café, con un pelaje corto y suave que al tacto que da la sensación de estar tocando seda.
Sociable y cariñoso, se adapta muy bien a la relación familiar. Muy cercano a su dueño, suele acompañarlo por la casa. Y aunque parezca increíble es un gran nadador.
Consejos:
Recomendable que pueda disfrutar parte de su tiempo en algún jardín o balcón ya que es una raza que disfruta de los juegos y la actividad constante.
Les gustan las alturas, saltar y poder observar toda la escena desde lo alto así que una hamaca en las alturas o un gimnasio rascador es elemento perfecto y casi que indispensable para ellos.
Para mantener su pelaje será suficiente cepillarlo dos veces por semana.
Una característica especial de los gatos de raza bengalí es que producen más cerumen en las orejas que lo habitual en otras razas por lo que es importante limpiar sus orejas con frecuencia.
La alimentación dependerá de que tan activo sea en su día a día.